No me gusta el baloncesto previsible y aburrido

Archivo para 18 enero, 2011

Lakers-Clippers

Anoche estuve viendo a ratos el partido de la NBA que enfrentaba a Lakers-Clippers, ya que lo emitían a una hora (21:30) que permite ver estos partidos sin dormirse en el descanso.

Era el primer partido NBA que podía ver esta temporada y tenía ganas de ver a Gasol y al rookie Mister Matador Griffin.

El partido empezó bien para los Lakers; cargaron el juego en Gasol y, aunque éste no estuvo tan mortífero como otras veces, fue a su ritmo haciendo daño todo el rato: que si un rebote ofensivo, que si una falta a Griffin… en fin, él iba a lo suyo. Kobe estuvo prácticamente sin aparecer, pero es que tampoco le hacía falta al equipo. Por su parte, Bynum hacía destrozos en el rebote ofensivo.

Contado de esta manera parece que hubiera sido un partido fácil para los Lakers, pero, a la vista del resultado del partido, está claro que no; la relajación defensiva de los Lakers llegaba a unos extremos desesperantes, no se cerraba el rebote y un pivot de apellido Jordan campaba a sus anchas por la zona, con rebotes y mates… y así es muy difícil jugar y poder ganar. Durante un tiempo aguantaron estupendamente y además sólo con Bynum y Odom, porque en el exterior estaban Blake, Brown, y Walton. ¿Y por qué aguantaron los Lakers e incluso abrieron brecha en el marcador en esa fase del partido? Pues por la defensa señores míos, por la DEFENSA. Y por no hacer el tonto en ataque. En resumidas cuentas: poco arte y mucho músculo. Con eso, ciertamente no se puede ganar un anillo, pero te da tiempo a reponer a “los buenos”.

Sin embargo, una vez que este quinteto terminó su trabajo, volvieron las estrellas al campo y ¡sorpresa! parcial en contra y otra vez un marcador ajustado.

Al final ocurrió lo que siempre pasa en estos casos: el equipo inferior llegó «vivo» al final del partido y se creyó que podía ganar… y como se lo creyó, lo hizo.

Un partido que parecía que los Lakers iban a cerrar en cualquier momento, terminaron perdiéndolo al final. Y es que parece que si estos Lakers no se enfrentan a un grande, no se motivan todos los jugadores, así que, cuando se enfrentan a equipos que no son de los grandes, les sacuden, como los Heats.

En definitiva, aún tienen mucho trabajo por delante… y, en mi opinión, más psicológico que técnico.

Pedro J Jordán